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jueves, 11 de diciembre de 2008

Puertas de entrada a lo No-Manifestado (el cuerpo)

Estos días estoy teniendo un volumen de trabajo tremendo. 

Sinceramente, nada de lo que estoy haciendo estos días es un trabajo 'oficialmente' reconocido con sueldo o pago por los servicio de una forma visible. Aunque por todos ellos recibo una gran compensación, unas veces a nivel emocional y otras la vida me aporta cosas increíbles.

Además, mi mayor problema en cuanto al trabajo es mi exceso de responsabilidad y mi incapacidad de decir NO si es por el bien de otros. Estos días me han servido para practicar decir NO a muchas cosas y a priorizar en cuanto a mis necesidades en lugar de las necesidades de los otros. No obstante, en un momento determinado tuve la sensación que no era esta lección la que me tocaba aprender por que se daba la circunstancia que a más NO decía, más trabajo surgía y más NO tenía que decir, con los que algún SI colaba y... consecuencia: sin casi tiempo para mi, para poder dedicarlo a mi Ser.

Pero fuera de esta circunstancia, voy a hablar sobre el punto que me gustaría hoy prestar atención. 

A pesar de no haber tenido tiempo de estar trabajando conmigo misma, a pesar de permanecer la mayor parte del tiempo en la mente, dado que tenía que utilizarla a nivel práctico para decidir, organizar, pensar sobre el trabajo, redactar, diseñar estrategias, etc. he conseguido por primera vez mantenerme en equilibrio, mantener mi presencia a pesar de no tener un espacio de tiempo dedicado a mi. 

Ayer me percaté de este hecho, porque no había tenido tiempo ni siquiera para darme cuenta de ello. Sí que veía que yo mantenía mi presencia y mi equilibrio, que me mantenía centrada en mi misma y no me dejaba llevar por mi ego, pero no fui del todo consciente del 'como' había sucedido aquello hasta ayer mismo. 

¿Como sucedió?, pues porque además de haber practicado durante ya más de dos años casi constantemente (o todo lo constantemente que mi aprendizaje me permitía) vivir mi ahora, estar en contacto con mi Ser, observar mi mente, observar mis emociones, observar los reflejos en la gente que me rodeaba, estar en mi cuerpo interno, estaba utilizando de una forma automática las diferentes puertas de entrada a mi Ser.

¿Cuál es la relación entre la presencia y el cuerpo interior?
La presencia es conciencia pura, conciencia reclamada a la mente, al mundo de la forma. El cuerpo interior es su vínculo con lo No Manifestado y en su aspecto más profundo es lo No Manifestado: la Fuente de la cual emana la conciencia como la luz emana del sol. La conciencia del cuerpo interior es la conciencia que recuerda su origen y retorna a la Fuente.

¿Lo No Manifestado es lo mismo que el Ser?
Sí. Las palabras No Manifestado intentan, por medio de la negación, expresar Aquello que no puede ser expresado, pensado o imaginado. Apuntan a lo que es, diciendo lo que no es. El Ser, por su parte, es un termino positivo. Por favor, no se apegue a ninguna de esas palabras ni empiece a creer en ellas. No son más que postes indicadores. 
E. Tolle - El Poder del Ahora

Echando un poco hacia atrás en el recuerdo pude comprobar como anteayer tuve un momento de absoluta mente, toda mi energía estaba centrada en mi cabeza, pensaba demasiado, pensaba en todo, era como una locomotora que no podía parar, no la utilizaba para martirizarme la vida como antes de conocer todas las características del ego, pero si que tenía la necesidad de pensar y pensar sobre cualquier cosa. 

Iba por la calle y en lugar de vivir el momento pensaba sobre esta persona que pasa por delante y el motivo por el cual habían abierto aquella otra tienda, el porque ponían ese precio a las mandarinas, el algo sobre trabajo, en la preparación de mi nuevo viaje... todo pensado, nada vivido. Sentí mi cabeza ardiendo, sentí como toda mi energía estaba centrada en mi cerebro. Sentía mis ojos como si los tuviera 'salidos', me ardían, sentía mucho calor en ellos. Fui capaz de darme cuenta que estaba en un punto peligroso para mi Ser. Había utilizado de una forma práctica a mi mente para realizar todos aquellos trabajos, y ahora mi mente empezaba a dominarme. Darme cuenta de aquello me hizo regresar a mi misma. Solo tuve con mi intención que entrar en mi cuerpo interior, ahí mismo, caminando por la calle, fue un segundo... todo volvió a su centro. Fue maravilloso, todo brillaba mucho más ante mis ojos, los sonidos se volvieron más nítidos, mi respiración se tranquilizó, y desde luego mi energía volvió a envolverme en su totalidad dejando de estar solo en mi cabeza. A partir de ahí, todo se relajó y pude volver a sonreír y tener sentido del humor, automáticamente dejé de pensar, el vació y con él la sensación de plenitud me invadió, cosa que había dejado de hacer hacía unas horas. Maravilloso.

La primera puerta para llegar al Ser, a lo No-Manifestado es entrar en el cuerpo interno.

Entrar profundamente en el cuerpo.

Puedo sentir la energía dentro de mi cuerpo, especialmente en los brazos y las piernas, pero parece que no puedo ir más profundamente, como usted sugería antes.

Hágalo en una meditación. No necesita durar mucho. De diez a quince minutos de tiempo de reloj serán suficientes. Asegúrese primero de que no hay distracciones externas tales como teléfonos o personas que puedan interrumpirlo. Siéntese en una silla, pero no se recueste. Mantenga la columna derecha. Hacer eso lo ayudará a permanecer alerta. Alternativamente, escoja su posición favorita para la meditación. 

Asegúrese de que el cuerpo está relajado. Cierre los ojos. Respire unas cuantas veces profundamente. Sienta que está respirando hasta la parte baja del abdomen. Observe cómo se expande y contrae ligeramente con cada inhalación y exhaltación. Después hágase consciente de todo el campo de energía interior del cuerpo. No piense en ello, siéntalo. Al hacer esto, usted recupera consciencia sobre la mente. Si le sirve de ayuda, use la visualización de la 'luz' que describí anteriormente. 

Cuanto usted pueda sentir el cuerpo interior claramente como un campo único de energía, suelte cualquier imagen visual si es posible y concéntrese exclusivamente en la sensación. Si puede, abandone también cualquier imagen mental que pueda tener del cuerpo físico. Todo lo que queda entonces es un sentido de presencia o Ser que lo rodea todo, y el cuerpo interior se siente sin ningún límite. Entonces lleve su atención aún más profundamente a esa sensación. Hágase uno con ella. Mézclese con el campo de energía de modo que ya no se perciba una dualidad entre el observador y lo observado, entre usted y su cuerpo. La distinción entre lo interior y lo exterior también se disuelve, así que ya no hay cuerpo interior. Al entrar profundamente en el cuerpo usted ha trascendido el cuerpo.

Permanezca en este reino de puro Ser por el tiempo que se sienta cómodo, entonces hágase consciente de nuevo del cuerpo físico, de su respiración y de sus sentidos físicos y abra los ojos. Mire a lo que lo rodea durante unos minutos mediatativamente - es decir, sin poner etiquetas mentales - y continúe sintiendo el cuerpo interior mientras lo hace. E. Tolle - El Poder del Ahora


3 comentarios:

Concha Barbero de Dompablo dijo...

A veces es suficiente con darte cuenta de la tensión o de la presión que tienes en esos momentos en los que la mente te domina. Inmediatamente, tras ese "darse cuenta", cede la tensión.

Gracias por tus maravillosas reflexiones, María. Casualmente, esta semana ha sido muy intensa para mí con respecto a los demás. Cuando participas en un proyecto que crees favorecerá a muchas personas, sin pretender reconocimiento, la satisfacción del trabajo bien hecho y de sentirte útil... no tiene precio.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Querida María:
Es una lección constante de Vivir, la que compartes en estas páginas. Tu misma necesidad de compartirlo, tiene para mi mucho significado.

Desde mi depresión, fantasmagórico cuerpo del dolor que vive pegado a mi, logro salir cada vez con más frecuencia para SENTIR cada instante de la VIDA, y sentirme plena en ella. Cuando estoy mal, no me acuerdo de esto, pero cuando logró contactar con el aire de la tarde, esté donde esté, viene la Vida de manera espontanea a mi.

Desconozco si lograré conseguir algún día librarme del cuerpo del dolor producido por mi mente. Pero al menos, por ahora soy feliz, de saber, que con total seguridad, cada día, encontraré un poco de ese espacio de total libertad que es la conexión que he logrado encontrar con ese algo imposible de describir con palabras, que coincide con lo que sentía de pequeña cuando olía el campo, o miraba al cielo. Y sé que este es el camino. Mientras tanto, seguiré leyendote, a ver si puedo ganar más espacio al cuerpo del dolor tolliano:)

Un abrazo y felicidades
Sirah L

Anónimo dijo...

Gracias por tu blog!Namasté.Ambar